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En la innovación social, la clave es la demanda

Las necesidades y criterios para hacer innovación no pueden ser los mismos para los países desarrollados, que llevan muchos años haciendo innovación, que para los países en desarrollo, como los de Latinoamérica.Ésta es la visión que se tiene en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), institución que se ha enfocado en la llamada innovación social, un concepto que aún no parece haber sido entendido a cabalidad entre emprendedores y pobladores.José Miguel Benavente, jefe de la División de Competitividad e Innovación del BID, entrevistado en el Primer Hackatón de Periodismo Científico y de Innovación, que se llevó a cabo en Guadalajara en días pasados, explica en qué consiste esta idea y cómo se está procurando llevar a cabo.Guiada por la demanda“En el modelo que tenemos en la cabeza -explica Benavente-, la innovación no sólo está liderada por lo que llamaremos la oferta, es decir, quienes desarrollan conocimiento, y que sigue un proceso más o menos lineal y que podría terminar en algún emprendimiento que nos dé valor, sino también que venga del otro lado, es decir: atendiendo las necesidades que tiene la sociedad a través de bienes y servicios privados o públicos hechos para atender a los requerimientos.“Eso es que esté liderado por la demanda. Tenemos un problema y queremos desarrollar propuestas para solucionar ese problema.“La innovación social descansa en escuchar y entender cómo la gente en el día a día tiene un conjunto de problemas y ver si el mundo científico o las empresas pueden dar soluciones”.A pregunta expresa de este reportero, Benavente coincide: “Los ministerios de ciencia en el país tienen mucho el sesgo de estar orientados desde la oferta. Es cierto, pero uno tiene que generar los espacios para que los otros mecanismos fluyan.“Me explico. Los ministerios sectoriales, como los de Salud, Educación, Agricultura y otros, pueden generar demandas y problemáticas que se encuentran en el día a día de los beneficiarios, de los actores de los sectores, tratar de formalizar esos problemas, lo cual no es trivial, y generar demandas de conocimiento que pueden salir del mundo científico, del mundo desarrollador de ideas.“En Estados Unidosn apenas 10% del financiamiento a la ciencia viene del equivalente de un ministerio de ciencia, la National Science Foundation, el resto viene de los ministerios sectoriales, Salud, Educación y en particular Defensa y Energía, que dicen: tenemos un problema y hacemos un llamado a todos los que se quieran postular -empresas privadas, centros de investigación universitarios o no- para dar soluciones.“El problema es que muchas veces estas coordinaciones público-público son complejas, y los ministerios de ciencia, tecnología e innovación se concentran en sus temas y dejan fuera otras dimensiones porque dependen de otros ministerios. Necesitan espacios para coordinar.“Como banco estamos desarrollando toda una metodología para ayudar a los gobiernos a tratar de generar estos espacios de conversación público-público, y después público-privado”.A veces parece que basta con usar tecnología para decir que se está haciendo innovación. ¿Cómo entender la innovación social sin tecnología?La innovación tiene que ver con la creación de valor. Y el valor no lo atribuye quien lo desarrolla sino quien lo usa.El inventor siempre va a pensar que su invento es maravilloso, pero él no define su valor sino quien lo usa, a quien le es útil y le genera algún bienestar en alguna dimensión o le soluciona algún problema.En la innovación social, quienes determinan el valor son los usuarios, personas de escasos recursos.Muchas veces instituciones multilaterales, como el BID y otras, para solucionar problemas de riego y agua potable en zonas rurales han tratado de llevarla con una gran obra hidráulica, que es una solución técnica sofisticada. Pero esto ha generado algunos problemas tremendos desde el punto de vista de la idiosincracia, lo colectivo y la dinámica social al interior de la población, al punto de que muchas rechazan estos proyectos. Tu solución técnica no tiene valor para los usuarios, porque no la hiciste pensando en ellos y averiguando sus requerimientos.La innovación social es un proceso de cocreación en el que tienes que estar cerca de tu beneficiario para que te cuente su problema. No lo va a estructurar como lo haría un ingeniero, pero necesitas leer esa necesidad para genera una demanda de conocimiento para aplicar una solución.¿Qué tanto y cómo se promueven soluciones a desarrollarse a nivel local?El BID apoya esto de varias maneras y ubica las demandas de la población. En este momento damos fondos para innovación y empredimientos sociales en los países, para que generen esta arquitectura de encuentro entre las demandas y las ofertas.Lo segundo es que hay que instrumentar la oferta y no puede ser en todas las dimensiones porque no alcanzan los recursos. Entonces, los países deciden: en unas dimensiones me voy a especializar y en otras no. En cuáles, bueno, veamos las competencias que tenemos, en términos de conocimiento, estructura, en qué podemos generar oferta, y no solo para atender a las demandas locales sino que puedan ser de otros países vecinos -ahí surge el tema de la escalabilidad.Puede ser que el conocimiento ya esté desarrollado en otro lado y sea difícil hacerlo localmente y tratar de hacerlo sería muy ineficiente desde el punto de vista de los recursos.En otros casos, puede ser que el conocimiento no exista y tengas que desarrollarlo en forma local para atender la demandas locales.Ha habido, por ejemplo, desarrollos de plataformas financieras usando los teléfonos celulares en África y Latinoamérica. Hay otras de agua potable en que unos helicópteros traen tubos de plástico sin hacer una gran obra civil, eso se le ocurrió a gente local. Algunos de esos negocios pueden ser tremendamente rentables cuando aumentas la escala y no sólo atiendes un nicho particular, porque quizá no te dan los números, sino que piensas también en desarrollarlo en otras latitudes, no en el mundo desarrollado que no tiene estos problemas, sino, digamos, el resto de Latinoamérica.Es una buena forma de desarrollar la innovación a nivel local, y de facto así ocurrió en los países desarrollados hace 40, 60, 80 o más. La revolución industrial se basó en un problema, la extracción de carbón, y encontraron una solución de manera local.En muchos casos, la ciencia vino después que las soluciones y los emprendimientos...Claro, a veces viene antes y a veces después. En lo que te ayuda la ciencia es en tratar de acelerar el proceso de aprendizaje. Muchas de estas innovaciones surgen de ensayos y errores, pero la ciencia te permite tener un mecanismo explicativo de lo que está ocurriendo en tus pruebas, puedes desarrollar ciertas cosas o seguir un camino y no otro. La ciencia te ayuda a saltarte pasos, si no la tuvieras te tropezarías una y otra vez, estarías en un proceso de “aprender haciendo”.Hay una necesidad de un clima en el que la gente se sienta confiada de que puede emprender sin perderlo todo. ¿Cómo se genera un clima así?No todos pueden ser emprendedores porque la gente se divide entre los amantes del riesgo y los aversos al riesgo. Hay gente que le gusta estar con la adrenalina a mil y hacer estas cosas, pero es un número reducido. La mayoría de nosotros preferimos estar empleados, que nos den nuestro salario mes a mes.Hay que saber que de hecho a los qe toman riesgos no les va a ir bien siempre. Fallan y es natural que fallen. Cómo es posible, por un lado, no castigarlos y, por otro, no hacerlos aversos al riesgo. Hay varias formas.La primera es distinguir algo más o menos obvio: que una cosa es la empresa y otra es el emprendedor. Tendemos a confundir que la empresa y el emprendedor son lo mismo y desde el punto de vista financiero, castigan al emprendedor como si fuera la empresa. Pero son las empresas las que quiebran, no los emprendedores. Cuando te va mal, se cierra la empresa, pero tú como emprendedor la idea es que vuelvas a emprender considerando que aprendizaje de lo que te fue mal.En el MIT te dan más dinero si más veces has fallado. Entre nosotros sucede al revés y no debiera ser. Fuente: http://eleconomista.com.mx