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El mosto centra fiestas populares en los municipios de Atajate y Cartajima

Mosto contra el frío. La Serranía de Ronda ofreció ayer a sus visitantes una muestra más de su gastronomía: ricos mostos elaborados de la forma más artesanal. Así, los municipios de Atajate y Cartajima, el primero ubicado en el Bajo Valle del Genal y el segundo en el Alto Valle del Genal, en la Serranía de Ronda, celebraron sendas fiestas populares centradas en estos caldos.Atajate, el municipio más pequeño de la provincia en cuanto a su número de habitantes con tan solo cerca de 170 vecinos, desarrolló la XXVII Fiesta del Mosto, un evento más que consolidado en la comarca y que cada año concentra a cientos de personas. En la cita, que es un homenaje a la tradición vitivinícola de la localidad, se pudieron degustar los mostos hechos por las familias del pueblo. Esta fiesta está declarada de Singularidad Turística Provincial por la Diputación Provincial de Málaga y cada año elige al mejor mosto. Ya entrada la noche, se procedió a la entrega de los reconocimientos, esto es, de la 'Uva de Oro', la 'Uva de Plata' y la 'Uva de Bronce' en un ambiente festivo que se prolongó durante toda la jornada marcada por la ausencia de lluvias y por un intenso frío. Otro de los atractivos de la Fiesta del Mosto de Atajate es la gastronomía local de la que quedó constancia a través de las sabrosas migas.Cabe destacar que Atajate contaba en el pasado con una importante tradición en fabricación de vinos pero en 1877 la epidemia de la filoxera atacó a las plantaciones de vid que en la actualidad han quedado reducidas a unas 20 hectáreas entre Atajate y Benadalid. En jarrillos de lata El mosto que se hacía en este pueblo se exportaba incluso a nivel andaluz mediante 30 lagares que existían entonces. Hoy en día no funciona ninguno y el mosto de hace en el seno familiar al igual que en Cartajima. Allí, cientos de personas se reunieron ayer para degustar los caldos y eligieron los mejores. Los visitantes y vecinos pudieron adquirir típicos jarrillo de lata para ir probando los mostos que tenían que servirse ellos mismos.La tradicional Cata del Mosto de Cartajima, con casi 280 habitantes, también rememora la tradición de antaño que en la actualidad ha sido trasmitida de ancianos a jóvenes.Cientos de visitantes se desplazaron también ayer a esta pequeña localidad que les ofreció sus mejores chacinas, quesos y artesanía. La jornada, consolidada en la Serranía y amenizada con música, se prolongo hasta la madrugada.