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Atravesando la garganta de los Filabres

    Atravesando la garganta de los Filabres Hay lugares en los que aún habita el silencio. Recónditos. Para reconocerlos debe haber un camino roto o un asfalto agujereado como un queso gruyère. Casi nadie mete su vehículo por un camino así, por eso no son muchos los que han escuchado ese sonido del silencio atravesando la sierra de los Filabres. La garganta, salpicada por cortijos abandonados, se llama Las Contraviesas.Más arriba está Tahal, y más arriba aún la carretera que conduce a las canteras del mármol macaelense. Pero antes se divisa esta estampa con Alcudia de Monteagud a la izquierda y a la derecha la ermita de la Virgen de la Cabeza sobre una cima que emula al monte de la película de Exodus, rodada en estos parajes pocos meses atrás.Entre esos desfiladeros me dejé caer porque pocos kilómetros más abajo están los invernaderos de Tahal, que se han convertido en los últimos años en un referente del verano, ya que muchas empresas del litoral almeriense comercializan estos tomates de interior cuando llegan los meses del estío. Murgiverde, Vicasol o Agroiris son algunas de ellas.Pero antes de arribar a esas estructuras de plástico me topé con una geografía singular. Por ejemplo, estas viñas que daban colorido a un paisaje desértico y lleno de colores ocres.Aquí prima el olivar y la almendra. Muchas veces en una misma finca comparten terreno unos y otros. Varias hileras de jóvenes almendros con olivos de reciente plantación. A veces los terrenos se hacen monotemáticos con esta composición a dúo. En los últimos años he asistido a más de una y a más de dos manifestaciones de la UPA alertando de los bajos precios de la almendra española, debido a la entrada masiva de almendra californiana. Sin embargo, según me contaron en esta visita a las profundidades de los Filabres, todo ha cambiado porque los norteamericanos venderán casi toda su almendra a los chinos durante los próximos cinco años. Como consecuencia de dicho acuerdo comercial, el mercado europeo volvería a demandar la almendra española para abastecerse. Me hablaron de que el kilo de almendra con pepita estaría entre los seis y los siete euros. Me pareció una barbaridad, pero no lo he podido confirmar.Consecuencia de este hueco en el mercado se están poniendo nuevas plantaciones de almendros en provincias como Córdoba o Toledo y en La Mancha. También la aparición de variedades que florecen en abril, y evitan las heladas, ha propiciado este resurgimiento. Pude ver durante mi camino esta pequeña finca de jóvenes almendros.La cuestión es saber si pasados los años de tregua de la almendra californiana, la española podrá seguir compitiendo. Tanto nuevo almendro me suena a fiebre especulativa, similar a la del olivar en zonas como el desierto de Tabernas.Pero lo que va a frenar la fiebre olivarera es la propia naturaleza de una comarca semidesértica. El agua. Se ha prohibido el poder hacer nuevos pozos en esta zona. Así que el olivar de regadío tendrá que esperar el agua de la desaladora. Eso significa que los promotores de esta actividad económica tendrán que armarse de paciencia porque crear conducciones desde la desaladora de Carboneras hasta el interior de la provincia no será una cuestión inmediata.También hice un pequeño descanso junto a un cortijo que en otro tiempo tuvo que tener mayor tránsito que el que yo encontré. Silencio. Y tranquilidad. Ése fue mi regalo.Antes de divisar los invernaderos que buscaba, hubo tiempo para que en mi última parada en el camino los lugareños me hablasen del caprino, que al igual que la almendra está viviendo cierto florecimiento. ¿Es verdad que la leche de cabra la están vendiendo a un euro el litro? ¿Y es cierto que este auge lo sostienen las firmas francesas que compran casi toda la materia prima para destinarla a la elaboración de quesos? Queda dicho.Después de hora y media, y ningún pinchazo, aparecieron los invernaderos y su manto blanco reluciente sobre las cubiertas.Post original de José Antonio Arcos (@jaarcossanchez)  https://twitter.com/jaarcossanchezhttp://joseantonioarcos.wordpress.com/2014/07/17/atravesando-la-garganta-de-los-filabres/